La Isla de San Simón está muy cercana a la costa, tanto que casi se puede ir andando a ella cuando la marea está baja. Está situada frente a Arcade, en el Municipio de Redondela, en la ensenada que lleva su nombre; La Ensenada de San Simón, en la parte interna de la Ría de Vigo. En realidad son dos islas, la grande es San Simón y la pequeña es la de San Antonio.
Posee una historia un tanto peculiar, fue un antiguo centro de templarios, franciscanos y benedictinos hasta 1830. Sufrió toda esta zona saqueos de diferentes flotas, posteriormente fue hospital lazareto, esto es leprosería, pero no sólo en el sentido de tratar a enfermos de lepra, en realidad su función era la de regular las cuarentenas de los pasajeros de aquellos barcos que se sospechaba que traían algún tipo enfermedad, algo así como un Mahattanen las costas gallegas. Al igual que en la isla de Nueva York, se desembarcaba en San Simón a aquellos barcos que pudieran llegar a ser una amenaza para la salud pública, una vez pasado este control, podían llegar a tierra.
También fue testigo privilegiado de la Batalla de Rande en 1702 con la armada anglo-holandesa, y del ataque de las tropas francesas en la Guerra de la Independencia el 12 de abril de 1809 para castigar a la población por haber prestado su ayuda a los habitantes de la cercana Tui.
Su episodio más negro y siniestro fue cuando la emplearon como penal para presos políticos durante la primera época franquista en el periodo de 1936 a 1943, en la que pasaron por ella miles de prisioneros, llegando muchos a morir en este lugar. Podríamos decir, que se convirtió en una isla-campo de concentración. Posteriormente fue utilizada como lugar de descanso de la guardia personal de Franco –macabra ironía–, y padeció más tarde cierto abandono.
En 1999 se declaró “Bien de Interés Cultural”.Actualmente se han restaurado los edificios de esta isla por parte de la Xunta de Galicia, siendo considerado El Centro de Recuperación de la Memoria Histórica de Galicia, para de una vez reconocer a los represaliados de la etapa franquista. También se utiliza para actividades relacionadas con la Universidad de Vigo.
El encargado de llevar a cabo el proyecto de rehabilitación fue el arquitecto pontevedrés Cesar Portela. Se buscó ser respetuoso con el entorno y su arquitectura, intentando desterrar el dramatismo de su historia reciente como campo de concentración de la guerra civil. Se ha logrado un conjunto en el que armonizan en perfecta conjugación naturaleza y edificios de la isla, alcanzando un cierto aire de magia y misterio.
Comentar que merecen una mención sus jardines de bojs centenarios, llamados Jardines dos Buxos.
